martes, 29 de junio de 2010

Luz en las tinieblas.


Inquieto y tembloroso destello,
te filtras por el crepúsculo,
creado por las manos alzadas

de la esfinge del eterno.


Ha decaído la virtud del día,
vencido el misterio de la luz,

sometido a lúgubres

y tenebrosas congojas.


Condenado a surcar, cada noche,

los rincones eternos,
desnudo de esperanzas
y
abrigado por inmenso desconsuelo.

Resplandores circundan su figura,

subyugado y resignado

a la febril mirada

de la fémina lunar.


Arroja de su pecho un gran sollozo

por la ausencia de su encanto.
Cálida virtud, recuerda con braveza,

destellando sobre múltiples estampas.


Los soberbios alcázares
se desvanecen como el humo

que glorificase, en paso firme,

con su ardiente luminiscencia.


Arrastrado aquí, sin reserva ni exclusión,
desprovisto de asperezas,

en su alma se agudiza

incontable sudor de sangre.

Zozobra, en mortal silencio,

su fuerza y aliento,

por aquella luna que atrapó,
su resplandor en las tinieblas.

Erika.
Casablanca, 23 de Junio del año 2010.

miércoles, 23 de junio de 2010

La paz de un alma abatida.


Preguntas que resbalan sobre mí e intento retener casi ansiosa. Respuestas que procuro hallar en algún rincón de mi entendimiento o en mi visión de los hechos que parecen formarse y deformarse como ondas que flotan dentro del agua.

Preguntas, respuestas, sonidos que se escurren en la nada. Nunca la noche fue para mí tan silenciosa, tan tranquila, tan sencilla, una noche interminable en que la infelicidad crecía sobre el tiempo, acompañada por el mortal desconsuelo de la amargura y el desencanto de mi propia vida.

Yo quería recordar en qué momento, desde mi cama, observé por primera vez, consciente, los rasgos, los gestos, la cercanía de mi propia alma. La distinguí como un ser blanco, transparente, casi imperceptible que se desvanecía muy lentamente ante mis ojos desconfiados. Y por primera vez, luego de un prolongado tiempo, la vi sonreír.

Nada puede semejarse tanto a la sensación maravillosa de la luz, de la calidez, de la seguridad que brinda el resplandor de nuestra propia esencia, nuestra alma. Y así fue como esa rigidez que dejaba la espantosa noche, esa rigidez que estaba ahí, desde los miembros hasta la raíz del pensamiento y al acecho del corazón, que se defendía solo, como un pequeño animal, cedió al consuelo misterioso de una de las más perfectas sonrisas que yo hallé en la vida, la mía.
Para mí es menos complicado que muchas definiciones que se puedan encontrar. Nuestra alma es nuestra esencia, es lo que somos, es inmutable, está con nosotros siempre, nos acompaña en cada una de nuestras vidas. Para verla solo hace falta estar en armonía consigo mismo, con nuestro interior y lo que nos circunda; el cosmos, el universo y con el Ser Supremo, ser uno solo, con el todo y con la nada absoluta.
Cuando por primera vez mis ojos se prendieron en aquella dulce sonrisa, con mis pupilas encadenadas a esa imagen, que se resistía a extinguirse, tuve la sensación inexpresable de haber descubierto mi propia esencia. Volviendo en los atardeceres que siguieron en su búsqueda, volví, porque estaba allí, dándole la paz a mi alma abatida.
Erika.
Casablanca, 13 de Octubre del año 2007.

lunes, 21 de junio de 2010

Sombrías remembranzas.

Espigas doradas que al sol se mecen
de mis memorias fraguadas.
Resplandor sobre aguas mansas, que llenan
mi elemento de sabia creciente.

Sangres verdes y secas que se trenzan
a la cadencia de su querer.
Sosiego inquebrantable
de las horas quietas de la marcha.

Arremete en mortal instante,
las hebras que cubren la simiente,
perturbando indiferente,
cada espacio, con su fugaz regreso.

Canturrea en las sombras,
que se avecinan frías y eternas.
Es remanso en la oscuridad
y dulce con las luces del alba.

Crepúsculo insolente,
hace fiesta con los matices
que nadan en la presencia,
antaño, otros lugares sentidos.

Distante del abandono,
siempre vivos en los sentires,
de aquí, de este,
que los mantiene enclaustrados.

Sin fenecer, no les consiente,
cediendo de vida a los murmullos,
Mutantes e indiscretos,
que hacen eco en el silencio.

Semidiós y rey, delirante seductor
de sueños y avatares,
reinas silente,
en la oscuridad y el abandono.
Erika.
Casablanca, 19 de Junio del año 2010.

domingo, 20 de junio de 2010

Modelo de vida.
En este ir y venir de mi vivir, he caído en este tiempo, en donde la demostración de sentimientos casi no está de moda, me llama la atención la carencia de ellos, en la propia juventud y en muchas personas adultas que a diario conviven en esta sociedad modernista.
Hoy, no es un día común, es un día especial, muy especial para mí, tan especial es, que me hace viajar muchos años atrás en la búsqueda de mis remembranzas. Los recuerdos están vivos en cada instante de mis jornadas, creo que no podría existir sin ellos, pues cuando la tristeza me recuerda que, no siempre, las realidades son como queremos, me anido en mis memorias y allí encuentro el bálsamo que la mitiga y me hace entrar en una condición diferente.
Gozo me produce, al recordar aquellos días en que pasaba tardes enteras, montada sobre los árboles, cogiendo fruta, construyendo la soñada casa sobre ellos o dibujando fantasías al ver pasar las blancas nubes en el cielo azul.
Me parece ver llegar a mi papá, por las mañanas, de su empleo, cada día, a la misma hora y con la misma sonrisa en su rostro, a pesar de haber trabajado toda la noche, siempre dispuesto a pasar unos instantes con sus hijos.
En esos años no comprendía porque se alejaba de nosotros cada noche y caminaba feliz al encuentro con su destino. Muchos fueron los años en que lo vi partir, con la única intención de brindar a su familia seguridad y bienestar.
Por su dedicación, fuerza de espíritu, honradez, ética, compañerismo y lealtad fue distinguido muchas veces, como el empleado del año. Méritos que él recibía con mucha humildad, los cuales me llenaban de orgullo, pues sabía que eran a costa de un gran sacrificio.
Su continúa ausencia se resarcía con aquellas eternas vacaciones que pasábamos fuera de Santiago, disfrutando de la playa, del campo, de los animales, de largas caminatas o de los nuevos amigos que hacíamos en cada viaje. Mucho más fácil era para él, ya que siempre ha sido un eterno conversador, cautivando a las personas con su diálogo ameno, abierto, claro, sincero, honesto y veraz.
Se esmeraba por darnos de todo, que jamás faltase nada en el hogar o para cada uno de sus hijos y principalmente, lo que recuerdo con más emoción, es que jamás me falto su cariño, su amor, su respeto, sus consejos, su calor, sus ejemplos de vida, sus regaños y castigos, su presencia como padre, su apoyo incondicional, mismo que me entrega hasta hoy, con sus dos brazos extendidos, siempre dispuesto a recibir a su hija entre ellos.
Porque hoy es un día especial para mí, por ser tú, un regalo de Dios, te doy las gracias infinitas por haber permitido que llegara a tu vida, y haber hecho de mí, la mujer que soy.
Constantemente estás en mis recuerdos y tu amor estará vivo eternamente en mi corazón. Gracias papá por estar para mí, siempre.
Erika.
Casablanca, 20 de Junio del año 2010.

sábado, 19 de junio de 2010

sábado, 12 de junio de 2010

Cuerpo mío.

Cuerpo mío.

Descansa ya, cuerpo mío,
en nuestro lecho de fantasías,
gélido y frío.
Te observo desde un rincón,
no quiero partir,
custodio tu semblante
relajado y angelical.

Aguas de tus ojos se vierten,
más, de los míos,
se derrama sangre
de dolor
y tristeza
perpetua.

No fuiste capaz,
cuerpo mío,
de llegar al final
del gozoso
destino.

Cruzaste una daga
en tu pecho,
y me has sentenciado
a vagar
por las penumbras
desconsoladas.

Ennegrecida tu razón,
arrancaste de raíz
la desolada
e indestructible
melancolía.

¡Oh cuerpo mío!
como extraño tu calor,
tu risa que me colmaba
de emoción y
el canturreo atrevido
de tu corazón
ilusionado.

Descansa ya, cuerpo mío,
en nuestro lecho soñado,
álgido y sumiso
reposas inerte,
la tormentosa angustia
de tu infortunio.
Erika.
Casablanca, 18 de Junio del año 2010.