
Reflejo de luna llena
acaricias la pálida piel,
desnuda de mi cuerpo,
que está a punto de espirar
un último y atormentado gemido.
La mano ajada
de un brutal mancebo
derrite la fe que se obstina,
a vivir en el desconcierto de mi voluntad vencida.
Oculto se protege de la espesa niebla,
que envuelve mi alma,
asechando frívolamente,
el renacer ardiente
de antiguos pensares.
Inhumano y sarcástico,
superficial y sanguinario,
penetra impúdicamente mi cuerpo,
extirpado mi alma ensangrentada.
Reflejo de luna llena,
ciega mi mirada,
borra mis memorias,
cercena la vida,
que corre por mis venas.
No me dejes discernir
en la profundidad de mis escarmientos.
No me permitas concebir
el dolor de esta insoluble pena.
Reflejo de luna llena,
desvanece la insensible realidad
que empapa de letal sudor mi cuerpo,
consumido por el acongojado recuerdo.
Al destierro has sido condenado,
vagando eternamente
por las sendas inquebrantables,
como mísero sentir subyugado.
Reposa mi cuerpo,
inerte y frío,
sobre ríos enrojecidos,
arrastrado al manso descanso eterno.
Erika.
Casablanca, 13 de Junio del año 2010.
Doloroso reflejo el tuyo Erika. Duele leer cosas así, aunque por lo general son sólo incursiones literarias.
ResponderEliminarComo sea, me gusta mucho como escribes.
Un cordial saludo, y regresa a tu blog, por favor.
roberto